2.2.08

Birolles de Regust Metàlic


Te m'enduc al formiguer.
Et cuido i t'observo,
hem grunxo per les teves tijes
i dormo entre el magenta i cian
dels teus perennes pètals,
que si fossin caducs lluïrien del groc de la llimona.

D'un cop de vent ja hi sóc:
Birolles de regust metàlic!
N'hi ha de abruptes i mates,
d'altres són llises i brillants.
Multiformes, incardinables.
Com els teus rampells, com tu [...]

Hi ha ventera, sempre en fa de vent.
I avui, ara, m'ha volat fins a tu.
Fixa't-hi!
Tanca els ulls, estic allà.
Just per on estan costits els llavis:
L'inferior i el superior.
Just en aquell punt que es dispara amunt
i s'esviaixa quan rius: Just allí!


Ho has fet! Has somrigut.
He perdut l'equilibri!
Ara tot és fosc i plàcid: Quietud.
Te m'has empassat, ho he aconseguit.
Avui dormo amb tu.
Dins teu.



25.6.07

Siempre Te Escabuyes


Te escabuyes ante mis intentos de Hormigueo.
[...]
Me rindo ante tus desmarques y melancoleo con
los (a penas) segundos que soy capaz de expropiarte.

De éstos invento ratos, horas, acciones y situaciones
con las que me hago mala sangre.

Pero bién [..] Sangre es vida y vida sufrimiento.
Sufro mientras vivo y miento si no te contemplo.

Sangro cuando no estás y me relamo porque sabe a ti.

Oximorones todo el tiempo.

Sufro hemorrájeas cuando apareces.
Hemorrágeas de las que guardo muestras
en matrazos aforados, para tiempos peores.
[...]
Entonces te me inyecto.

10.12.06

Hombropárpado Manolóbulo

De tu hombro a mi mano hay media distancia que se dobla cuando tu párpado despierta y decides desaparecer. Entonces te esfumas y crees haberte marchado, de hecho lo haces, pero no te vas; Nos vamos.

Crees ir sola pero La Hormiga sigue ahí, recorriendo cada milímetro de tu tez. Cada pedacito de tu cuerpo comprendido entre mi mano y tu hombro, entre tu párpado y tu lóbulo.

Entonces duermes: Tratas de huir del mundo de las ideas y hospedarte en el universo de los sueños dónde los insectos nunca duermen y no cesan en su hormigueo. Entonces duermes.
Pero La Hormiga no lo hace.
Las Hormigas, cómo las calles, nunca duermen. Y ahí, en medio de semejante y tremebundo paisaje humano me quedo yo: sín saber a donde ir. Pero no me importa, con ello me basta, con la nada de tu aroma.
Las agujas no paran, las minuteras no se cansan y La Hormiga sigue ahí observando telarañas. El insecto tiene antojos: quién no? El insecto también.
Por mimetismo y tras surcar las texturas del camino cuya distancia se dobla cuando tu párpado despierta, llego allí dónde quería. No me ves pero ahí estoy, susurrándote sín que me oigas: Dónde penden artesanales esferas metálicas de tamaños dispares. Y me columpio por ellas una y otra vez, pero no te jactas, porque sigues en el mundo de los sueños dónde los insectos jamás cesan en su hormigueo.
Tras todo se asoma el señor Lorenzo y trae consigo Demasiada Sangre.

7.12.06

Demasiada Sangre

[Amanece]

Demasiada sangre,
Fluidos rojos por todos lados,
Borbotones y coágulos.
Obstrucciones y orifícios malformados.
[...]
Hojas, cuchillas y punzones,
Tornabises, látex y alcohol (96º).

Desagues obstruidos de dolor,
Escenas maquiavélicas ausentes de pudor.
[...]
Torniquetes, sufrimiento y experimentación.
Increibles pigmentos; Explosiones de color!.

Tras todo,
Suerte, Demasiada Suerte.
[...]
Agonía, sangre, cangrena y muerte.
Las Hormigas También Mueren.

[Anochece]
Resucito,
Por el placer de verte.

19.9.06

Soledad, Reprocidad y Viento

"No hay nada más raro que una Hormiga comeiendo sola. Sola, no por gusto. Sola por no haber nadie."
Lo pensó años atrás mientras deborava animalillos de otra especie, en aquella ocasión ocurrió por casualidad. La Hormiga era tímidamente rojiza y no había enegrecido aún [...]
Cuando come sola, escucha el roce de sus propios dientes entre si, que cuando no estan lubricados chirrean a matar. La Hormiga siempre acaba con el bello post-nasal (noisly called mustach) cubierto de harina cuando lo que come es pan del pirineo, pués satura de trigo molido en sus cortezas. El bichejo Negro siempre mira al frente y topa con una pared blanca inmaculada de textura irregular que cuando el propietario no la ve, escupe verdades. Ellas lo saben todo[...]. Cuando come sola no habla, solo escucha. Y no escucha porque no tiene a quién. Lo escuha todo y no habla nada. Habla mucho y no escucha a penas.
Entonces ella, La Hormiga, se acuerda de un antíguo adjetivo compañero de suyo: Recíproco, menudo cabrón. Claro, el va siempre por las calles y caminos vacilando. Sabe que nunca le harán nada porque va siempre acompañado. Se siente protegido [...]
La Hormiga siempre piensa: "Yo, porque soy Hormiga y no levanto palmo del suelo, sino se iva a enterar ese hijo de puta. És un vacilón. Bueno, por no hablar de su amigo; El sustantivo. Ese si que es necio, el malnacido. Se hace llamar Reprocidad, ya ves tú. Dónde irá con ese nombre [...]".
Y La Hormiga le da vueltas, y piensa: "No se dónde irá el sustantivo hermafrodita con nombre de mujer". Otras veces el bichito exclama: "No me importa lo que haga el vacilón de su amigo El Recíproco!". Pero mientras, el tiempo pasa, la comida se consume y nadie hay ante La Hormiga. Nadie a un lado, menos aún al otro. Absolutamente nadie. Sólo está la Sole, su vecina. Se llama Soledad, pero si le llama Sole. Se deprime menos, se hace a la idea que és su vecina y así es más llevadera.
A todo esto, ha pasado una rato y La Hormiga advierte que tiene la tripa medio llena, el plato vacio y la nevera desierta, Desierta y presidida por una línea imaginaria que hace las veces de frontera política. Y física. Emocional y de afecto.
Pero no te creas, mañana todo será igual: El bichejo volverá a notar el chasquido de sus muelas regañandose entre si (hasta ellas tienen Repdrocidad). Volverá a ver la sombra que provoca el bulto de la pared cuando por la ventana inciden los tres rayos de sol que se dignan a visitarle. Y el pan del pirineo volverá a rociar su mostacho con trigo molido. Y cada dia se daré cuenta de todo ello. Por que su vecina Sole cada día así se lo recuerda.
La Hormiga cada dia se da cuenta de todas estas cosas insignificantes que, a todas las hormigas y demás insectos les ocurre, pero, que una no se fija si no tiene una vecina que se llame Sole. Y en realidad la Sole es buena tia. És sabia la hijaputa. Si estás al quite aprendes mogollón de ella. [...]
Pero todo queda atrás. La Hormiga sale del zulo y se mete por las vereas. Se sube por los brazos y las piernas, por los dedos y las manos, los párpados y los labios y es ahí, entre esos labios, dónde tu respiras. Y yo que soy Hormiga, mucho más pequeña que tu, que eres Viento [...] me llevas por los mares y montañas dónde existe el vacío y no hace falta respirar.

9.9.06

Vómito, Peste y Afecto

Nunca pude llegar a pensar que el render que tanto tiempo me mantuvo vivo me hiriese tanto y tan lentamente.
Me asquea cada uno de tus gestos de desprecio y me habre una brecha que se oxida y crea crostra que nunca cicatriza. Nunca. Y encima soy hormiga que sigue en tu hormiguero por la maldita creencia de lo utópico, cuando debería andar a miles de millas de este reducto. Pero donde voy? No tengo dónde.
Por creer en el respeto y no ejecutarlo, por ejecutarlo y no acusarlo. Recibirlo. Por ser un insecto negro sin rumbo ni cadencia prescrita. Por ser una puta hormiga de mierda y no tener insecto de compañia a menos de tres bosques a la redonda. Por haberte encontrado en aquel ppj, haber querido mostrarte las entrañas del vídeo, por haber olido a Monterrubio, porqué en 36 horas no da tiempo a más. Por haber vivido tanto y tener ahora que oler tanto a muerto.
Por todo eso siento asco que me inunda y me ahoga entre la mierda que nos rodea. A ti y a mi.
Me convertí en Hormiga, lo sabes, y tu eres más grande. Ni quiero ni puedo ni lo haré, daño no. Por mucha mierda que comamos siempre querré vomitarla y recapacitar, porque no quiero otra cosa que creer en lo imposible. Y esto lo es. Pero nada lo es, por lo tanto, creo en ello.
No busco más que un saludo cordial entre una hormiga y un salvaje animal cualquiera. No más. Solo busco tu sinceridad, porque el orgullo solo crea obstrucción y nada más. El orgullo no se ve hasta que revienta dentro de un mismo y luego[...]¿que?[...]No merece.
Padezco el mal del masoquismo y el mismo odio que me generas lo convierto en afecto que más tarde vomito y me tengo que tragar.
Espero seguir siendo Hormiga y que sientas hormigueos por los brazos y los dedos. Espero nunca ser animal de tu especie y tenerte, sin embargo, como referencia en según qué. Espero seguir siendo Hormiga y que sientas hormigueos por los brazos y las piernas. Pero espero, y deseo, no volver a ser yo el actor del hormigueo.

31.8.06

La Inversión del Efecto

La Hormiga andaba construiéndose un cobijo dónde hayar el resguardo de las ráfagas del Viento por ser incapaz de surcar sus ventiscas más allá de la intimidad. Harto el insecto de buscar hormigueros donde saciar su síndrome de abstinencia, supo escuchar.
Escuchar al Viento es complejo pero interesante. Suena abstracto pero és agradable al oído de cualquier bichejo diminuto y oscuro. Las palabras resultan ser agradables capas de gas de temperatura oscialnte que hacen que uno suba y baje qual ave sin rumbo ni destino.
Oír al Viento es un ejercicio altamente recomendable y terapéutico para esa clase de insectitos cosquilleantes. Escucharte me ha hecho cabilar. Cabilar y retroceder en mi intento de esconderme en el hormiguero que nunca tuve y que tan necesario creí que fuese. La normalización, cuanta razón.
Pero sigo siendo Hormiga e insecto de bajos vuelos. Pero sigues siendo Viento y agente de fuerte efecto. Pero ahora és el Viento quien causa el cosquilleo y la Hormiga tras su brisa quien evita la deriva.
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