25.10.05

Miedo al Miedo





Mañana de sábado. Una cámara, una cinta, dos desidentificadores faciales, bolsas de basura y el bochorno, el incomprensible bochorno de una mañana de octubre. VideoRevolución!. Un experimento videosocial. Estación de Renfe de Mataró, próxima parada Mongat. Sube +LaMafia+. Ahora ya estamos todos y todo, preparados. La Cámara, la cinta, los desidentificadores faciales, las bolsas de basura, +LaMafia+ y VideoRevolución! Próxima parada Plaça Catalunya. No las tengo todas conmigo pero la verdad, ese sábado por la mañana no hubiese hecho nada mejor en la cama. Quiero hacerlo. Voy a hacerlo. Puedo pringar. Alquine me habló de aplicación de ley antiterrorista, no supe si creermelo, la verdad. A decir verdad, valoré la posibilidad. [...]

Gracias a la megafonía de Renfe advertimos que hemos llegado al primero de nuestros destinos. Lo escuchamos en dos idiomas, todo un lujo. La compañía ferrorobatória se dedica a lanzar mensajes en dos lenguas distintas para que el viaje de algunos sea mucho más placentero, plural y humano. Luego...se olvida de otros potenciales pasajeros que nunca pueden llegar a escuchar ese mensajito -a los que les daría igual que lo anunciaran en chino-. Sin embargo no pueden ni oírlo, gracias a las medidas tan placenteras, plurales y humanas que la empresa de los caminos de hierro adopta. En cualquier caso este no es el tema que hoy nos ocupa, así que..avanzo en el relato.

Plaça Catalunya. De un bote VR!, pongo los pies en el andén. Sin perder detalle +LM+ graba todo lo que a partir de hora va a suceder. Caminito de la línea roja, más de un puñado de personas nos miran con el cejo fruncido. Como si de subnormales fuese lo que estamos haciendo...o algo así. Conectamos finalmente con el andén del metro. Dejo caer mi peso sobre unos escalones y me dispongo a desenfundar mis armas de destrucción de control masivo. De repente me convierto en un hombre peligrosísimo. Iminentemente peligroso. Tengo en las manos algo que podría hacer un gran mal a la población usuaria del metro.
Por si acaso, transporto las bolsas de basura junto a mi pierna, bien arrimaditas, con el fin de que no den mucho el cante. Imagínate que una abuelita de Ciutat Vella me ve con ellas en la mano y se pone a gritar como una energúmena. Me podría confundir tranquilamente con cualquiera de los dos jóvenes homicidas de la matanza de Coloumbine. Paso de marrones. He venido a obtener una respuesta no a jugar con la estabilidad emocional de las abuelitas de Ciutat Vella. Sabedor de el gran impacto que dos bolsas de basura azules usadas como armas pueden causar, decido ser más discreto aún. Me las escaqueo

+LM+ me advierte que no me ronee tanto y que vaya al grano. Le hago caso y decido actuar. Soy tan mísero, sucio y traidor que me dirijo a una de esas cámaras de control por la espalda. Sin avisar. A traición, como si de una puñalada trapera se tratase. Estoy llegando, me aproximo sigilosamente y de un estiloso brinco me pongo a su altura ....Sklum! La ahogo. Ahora la estacion está un poco menos vigilada. "Es más insegura". Algo raro acaba de suceder y si la lógica no me falla, algún prosegur o alguien de esa calaña deberá advertir en breve desde la sala de control que una cámara está tapada.
Pero no me hagáis caso estoy muy poco cuerdo y a veces me da por pensar que debería haber personas que controlan lo que las cámaras graban y que se movilizan si algo extraño ocurre. Me aburro mucho y me da por imaginar, pero repito: No me toméis muy en serio, estoy un poco loco y digo tonterías.

Durante más de cuatro o cinco estaciones de metro de la línea roja repetimos la misma operación y en menos de ninguna recibimos un toque de atención. Nadie viene a pedirnos explicaciones. Nadie viene a detenernos. Pensamos que quizá no les damos tiempo a reaccionar así que adopto una nueva postura. Pongámoselo más fácil.

Línea Amarilla. Más de lo mismo. Máscara, bolsa de basura, cámara de vídeo, gorra, brinco y sklum! Variación: Me quedo roneando por el andén hasta que viene el próximo metro, es decir unos 6 minutos. He tapado las tres cámaras del andén de Passeig de Gràcia y llevo 5 minutos ahí sentado. No viene ni cristo.

Pasan los minutos y más cámaras son ahogadas de manera sucia y trapera por las bolsas de basura. Por la espalda. Por mi. He pasado por más de dos y tres líneas. La verde, la roja, la amarilla. Cómo los bacálas...no tenemos complejos con los colores, las hemos probado casi todas. Decido que ya ha sido suficiente y creo haber llegado a una conclusión. Me despojo de todos mis agresivos atuendos y me convierto en un vigilado reprimido más. No me opongo a nada, simplemente acepto estar vigilado y sigo adelante. Sin rechistar. Acatando todo, reprimiéndome.

Mientras creo estar acabando de perfilar la conclusión de todo el experimento escucho un chasquido de una cámara de vigilancia que mientras paso por debajo suya me corrobora todo lo que yo sospechaba:


“Tsss! Tú!. Nadie está viendo la señal de vídeo que envío a la sala de monitoraje. Nadie se va a movilizar si tú haces algo como lo que has hecho. Simplemente quieren que te mire con cara de...me he quedao con tu cara chaval. Quieren que ponga cara de que la catástrofe está a punto de llegar. Cara que transmita que no sé si será hoy o mañana, pero que va a ser inminente. Que hace tiempo que tengo miedo y que ya no me acuerdo bien que es lo que me atemoriza. No es nada. Es todo.
Cara de que tu vecino puede ser muy peligroso y que está a punto de apuñalarte por la espalda, como yo con las bolsas de basura. Cara de que probablemente pierdas tu empleo, suspendas el examen. De que no enfades a tu jefe, ni al profesor ni al presidente. Él tiene el poder y sabe como usarlo. No armes bronca. Cara de que sepas que la única manera de aplazar y evitar que todas estas calamidades te exploten en la nuca es callando. Otorgando y callando. Convencerte de que cuando tengas el agua hasta el cuello no debes respirar. No debes moverte. Acatar y ahogarte.

Intimo con ella y le saco todo lo que me propongo. Le pincho y acaba diciéndome lo que me imaginaba. Lo que mi mente perturbada y aburrida pudo llegar a imaginar un día en que no tenía quehaceres.

Me acaba confesando que la bofetada y la implantación del terror colectivo son las armas más usadas de los que tienen la sartén por el mango. De los expertos en amaestrar ciudadanos y dirigir mentes y comportamientos.

Aquella tarde de aburrimiento también llegué a pensar que la amenaza, el capón en el pescuezo y la invitación al miedo son los recursos que utilizan los poseedores de la sartén en la que cocinan el sofrito de nuestro destino para dirigirnos hacía la cazuela donde la libertad brilla por su ausencia entre multitud de ingredientes indeseables.

Pensé que los todopoderosos saben muy bien que el miedo a la porra llega mucho más allá que un buen porrazo en el parietal. Que la real vigilancia y la movilización de efectivos de seguridad no causa tanto efecto como el saberse vigilado, amenazado. Os recuerdo que no estoy muy cuerdo, y que digo tonterías. Asi que quizá no deberías creerme mucho.

Pensaban tenerlo todo bajo control. Olvidaron que hay cámaras que trabajan para ellos y no piensan de tal manera. Que no están de su bando y cuando se aburren hablan con mentes pervertidas y en porceso de putrefacción que están dispuestas a escuchar. No como ellos.
Poco a poco vemos como les van creando, com nos van creando el miedo a la vigilancia, a los obstaculos, que no es tanto como los propios obstaculos o la propia vigilancia. Una cosa lleva a la otra. El miedo, lleva a la paràlisis. Solo nos queda la esperanza del activismo perpetuo con el objeto de no caer en el miedo que nos intentan hacer sentir.
El dia que nos creamos ese miedo, estaremos atrapados. Atrapados de verdad.

Olvidaron, también, algo mucho más importante:

“La represión multiplica a los activistas”,

VR!
Esta es una videoacción de +LaMafia+ & VideoRevolcuión!
D.Bravo, E.Nolis....a vosotros Gracias.
Creative Commons License
VideoRevolución! Es un blog Copyleft. Haz Lo que quieras con lo que aquí encuentres. Permiso? Creative Commons Attribution 2.5 Spain License.